El cuidador informal: tú también eres importante.
- mariaprfrcr
- 15 ene
- 2 Min. de lectura

¿Por qué un espacio creado por y para cuidadores?
Porque sé por propia experiencia lo invisible, solitaria y poco cuidada que se siente la persona que está al cuidado de alguien que le necesita.
Acompañando a mi madre al médico, previamente a la consulta médica, la enfermera le realizo la valoración enfermera (es como la historia clínica del médico pero realizada desde las áreas de actuación de enfermería).
Una de esas áreas de actuación de enfermería es la atención a la figura del cuidador informal. Por eso, durante la entrevista, hay un momento en que yo paso a ser foco de esa valoración enfermera. Y este es el diálogo que hay entre nosotras:
- ¿Tú eres su cuidadora principal?
- Sí
- ¿Cuentas con ayuda de otras personas?
- No
- ¿Te sientes abrumada o estresada por la carga de cuidar a tu madre?
- (¿EN SERIO? ¿Es posible que me esté haciendo esa pregunta con mi madre delante? - pienso yo)
No, para nada. No hay ningún problema… (respondo para que mi madre no se sienta mal)
No pude ni acabar la frase. Pasó con prisa a la siguiente pregunta de la valoración enfermera. Y ahí terminó cualquier posible interés en mis necesidades como cuidadora informal.
Me cabreó mucho ese instante. Me sentí absolutamente ignorada. Es más, imagino que si hubiera contestado “a veces me siento agobiada” la respuesta hubiera sido “pues tienes que relajarte”.
No culpo a la enfermera. Sé que bastante tienen con atender a la sobredimensionada lista de pacientes que tiene, y que una cosa es un ideal de atención y otra cosa muy distinta la realidad.
Pero esa impotencia que sentí al ver que se me hacía una pregunta por “protocolo” y que en realidad poco importaba cómo me pudiera sentir como cuidadora, no sólo para el sistema sanitario, sino también para mi entorno… me ha impulsado a crear este sitio de encuentro
Un sitio en el que el cuidador pueda encontrar un espacio para sentirse escuchado, para desconectar un rato, para cuidarse a sí mismo, para reír y para llorar…
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